BASTA DE HABLAR, EMPIEZA A COMUNICAR

“Voy a contarte una historia que te cambiará la vida”. Esta podría ser una buena manera de captar la atención de los espectadores desde el inicio de tu discurso. Un dato llamativo, una anécdota interesante, una promesa…
Hay muchas fórmulas para impactar a la audiencia. Conseguir enganchar a los oyentes desde el primer minuto hará que tu intervención empiece por todo lo alto. Tener las herramientas en tu poder, es fundamental para que tu charla sea memorable.
Hay errores frecuentes, como las coletillas, las afirmaciones incorrectas, el titular ausente y una larga lista que se puede pulir con trabajo.
La importancia de la comunicación no verbal
Pero más allá de lo que decimos, influye cómo lo decimos, y ahí también es muy importante el lenguaje no verbal. Las manos entran en juego, siempre lo hacen, de hecho, para muchos la eterna pregunta es “¿Dónde las coloco?” desde luego en los bolsillos no, no lo hagas. Acuérdate, las manos son aliadas, no enemigas.
Autoestima y preparación
Hablando de enemigos: NO te boicotees. Muchas veces nos castigamos antes, durante y después de una intervención y eso influye directamente en el resultado. Visualizarte en mitad de una ovación, imaginar que esas palabras han gustado y que has conseguido el efecto que querías, puede ayudarte a confiar más en ti mismo. También conocer el espacio donde vas a dar esa presentación puede ayudarte a estar más tranquilo. Intenta aplicar trucos sencillos que te ayuden a sentirte seguro en el escenario.
Practica
Hay muchas teorías aplicables para mejorar tu comunicación, no hay límite, cada día puedes aprender nuevas técnicas, pero la base siempre es la misma. Por eso, tener una buena base sobre la que pisar sobre seguro te aporta garantías.
La escucha activa
Antes de despedirme, voy a contarte una verdad absoluta. A la gente le encanta sentirse escuchada. De hecho, si prestas atención a lo que quiere tu audiencia, podrás dirigir mejor tu mensaje. Lanzar preguntas al público también es una buena manera de conectar con ellos y hacer que se sientan partícipes. Ahora bien, te advierto que una respuesta inesperada también te puede descolocar, debes tener salidas de emergencia a mano.
¿Hablas o comunicas?
Ahora sí, espero que esta pequeña lectura virtual te haya ayudado a saber en qué punto te encuentras, ¿hablas o comunicas? Si sabes la respuesta, es un buen punto de partida para empezar a mejorar. Podría contarte casos reales de éxito, pero prefiero decirte que el tuyo será el siguiente si lo trabajas.
Acerca de Sandra Izquierdo
Periodista, reportera en Atresmedia y presentadora de eventos
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