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El énfasis en la locución

“Fuerza de expresión o de entonación con que se quiere realzar la importancia de lo que se dice o se lee”. Esta es la primera acepción que recoge la RAE del término énfasis, un recurso capital en la comunicación verbal que a menudo es olvidado o mal utilizado en la locución. La simple lectura en voz alta de un texto previamente escrito no debe entenderse como locución porque de lo que se trata es de transmitir eficazmente un mensaje, una idea, y ese objetivo no se consigue leyendo en voz alta de forma automatizada. El propósito de una locución es comunicar verbalmente. Dicho de otra forma, la locución es dar vida a un texto cuyas palabras permanecen inertes en el papel y son recreadas gracias a nuestra capacidad de hablar. La lectura en voz alta de un texto contribuye al artificio. Se pierde la impronta natural de la comunicación espontánea y eso desvirtúa la locución.

Uno de los recursos esenciales en nuestra expresividad verbal es el énfasis. Cuando hablamos destacamos palabras sin darnos cuenta, de una manera natural, apoyándonos en la gesticulación de manos, de los ojos…en suma del lenguaje corporal.

Cuando se aborda la locución de un texto es muy frecuente poner el chip lector y olvidar nuestra “humanidad”. Así, se lee de forma automática con un ritmo constante y reiterativo. A veces, incluso, con una entonación desacertada. Y el énfasis suele ser una víctima del automatismo lector.

En cada frase siempre encontraremos palabras susceptibles de ser destacadas porque contribuyen a dar fuerza y convicción. Pueden ser nombres, pronombres, adjetivos, adverbios, números…Muchísimas palabras “colaboran” en el objetivo de comunicar con eficacia y hemos de tenerlas presentes para destacarlas cuando las pronunciemos. No se debe enfatizar siempre de la misma manera porque eso haría que el recurso se volviera recurrente y cansaría a quien nos oyera. Básicamente podemos enfatizar acentuando con golpe de voz, ralentizando la pronunciación, llegando incluso al silabeo de la palabra, y haciendo una pausa antes de la palabra que queremos que sobresalga del resto. La utilización de sinónimos sería también una posibilidad añadida al énfasis que reforzará la comunicación.

La utilización del énfasis es indispensable para que una locución sea efectiva, atraiga la atención de quien la escuche y no deje indiferente. La práctica constante y la capacidad de autocrítica hará que podamos manejarlo con soltura y sin exageraciones que lo recarguen.

 

Por Ángel Morón

 

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